El ritmo en el Puerto de Cartagena es frenético durante todo el día. Los muelles de Escombreras y Santa Lucía registran continuas llegadas y salidas de grandes cargueros procedentes de diferentes partes del mundo: unos desembarcan sus mercancías (petróleo, gas licuado, cereales y contenedores, lo que más) y otros esperan su turno frente a El Portús. Este tráfico, con una media de seis llegadas al día, contribuyó a que el Puerto de Cartagena cerrara 2018 con el segundo mejor ejercicio anual de su historia, en cuanto a tráficos se refiere.
En graneles sólidos, el incremento fue del 13,11%, al llegar a los seis millones y medio de toneladas transportadas. Los principales responsables de esta subida fueron los productos químicos, el cemento a granel y, sobre todo, los cereales destinados a la fabricación de piensos para el ganado. Por su parte, los graneles líquidos superaron los 25,7 millones de toneladas, pero registró un descenso respecto al ejercicio 2017 del 4,69%. Productos siderúrgicos y perecederos, como frutas, hortalizas y legumbres, experimentaron los principales crecimientos.
En cuanto al negocio de los cruceros, Cartagena se mantuvo el pasado ejercicio en una posición más que privilegiada -el octavo puerto de España y entre los 50 primeros destinos del mundo- dentro de los llamados de tránsito, ya que es de los principales destinos nacionales. El número de pasajeros llegados en barco en 2018 alcanzó los 230.000, una cifra muy similar a la registrada el año anterior.
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